11 de Diciembre de 2017
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El Color y las Emociones
Es muy posible que esto ya lo hayas escuchado en algún lado o incluso que hayas escuchado hablar de la psicología del color y es que los colores de un espacio no sólo hablan de nuestra personalidad, sino que también de nuestras emociones, se cree que los colores están completamente relacionados con nuestros estados de ánimo. La manera en que nos comportamos ya sea en un espacio o el color que elegimos en la ropa, no sólo tiene un efecto en nosotros sino en aquello que proyectamos, el seleccionarlos de manera correcta puede ayudarnos a convertir nuestro espacio en aquello que queramos además de crear un estado de ánimo ideal para la tarea que queremos desempeñar según el espacio.
En cualquier ámbito de diseño se estudia la psicología del color, de tal manera que un logo o un restaurante no están hechos al azar sino que están seleccionados para transmitirte exactamente lo que desean o hacerte sentir de cierta manera en particular. Lo mismo, aunque de una manera más sencilla, aplica en nuestro hogar, hay colores que nos harán sentir muy relajados y otros que nos harán más productivos, todo depende de aquello que busques y necesites.
Les hablaré de algunos colores y lo que transmiten para que sea un poco más claro y aunque este tema es muy complejo y puede llegar a ser muy profundo esta sería una guía básica y sencilla a seguir, aunque es bueno recordar que según la intensidad del color puedes inclinarte más hacia una sensación que hacia otra.
Blanco: Pureza, inocencia, frescura, amplitud, sencillez, limpieza y paz.
Rojo: Fuerza, pasión, deseo, amor, impulsividad, agresividad, dramatismo.
Naranja: Calidez, entusiasmo, ánimo, bienvenida, estimula la conversación, éxito y creatividad.
Amarillo: Energía, vitalidad, intelecto, positivismo, felicidad, espontaneidad, alegría e innovación.
Azul: Libertad, verdad, fidelidad, introspección, serenidad, progreso, seriedad y lealtad.
Verde: Naturaleza, esperanza, equilibrio, crecimiento, armonía y paz.
Púrpura: Serenidad, místico, artístico, meditación, espiritual, ritual, fantástico, romántico y ecléctico.
Rosa: Dulzura, delicadeza, femenino, divertido, gratitud y amistad.
Beige: armonía, neutralidad y relajación.
Café: terrenal, estabilidad.
Gris: elegancia, tenacidad, seriedad, formalidad.
Negro: Sobriedad, poder, formalidad y misterio.
La idea no es que elijas solo un color y llenes la habitación de él, lo ideal es que hagas una mezcla que cree un balance que juege con los estados de ánimo y que al mismo tiempo se vea bien y permita que los colores se resalten entre sí.
Además del color es importante considerar la luz que entra en tu espacio porque esto afectará con qué intensidad se aprecie el color que selecciones y por lo mismo, de qué manera te hará sentir, así que antes de seleccionar un color piensa en la sensación que quieres crear, si quieres una recamara relajante como un spa o prefieres una habitación elegante, también piensa en aquello para lo que la habitación será utilizada, para descansar, interacción social, trabajo, juegos etc. todo esto te ayudará a que sea más fácil elegir la emoción que buscas alcanzar y como consecuencia los colores que puedes elegir.